Desayuno y vuelvo a mi querida ventana ya son más de las 10
de la mañana y ya se ven más personas por la calle.
Pasa el día y pasa por mi el cansancio de toda una semana
pero sigo en la ventana, sobre las 6 pm aparecen los Domingueros, familias que
pasean y jóvenes con prisa que tienen que llegar rápido a casa para hacer el
trabajo que no han hecho durante toda la semana. Desde mi ventana llego incluso
a observar peleas, ambulancias y toda una contaminación producida por todos los
coches que pasan por las calles.
Sobre las 23 horas decido que para mi ya ha acabado el día,
una suave brisa comienza, un contundente frío ya se observa y las primeras
gotas de una tremenda tormenta ya caen. Así pues cierro la ventana y decido que
mañana será otro día, quizás mejor o probablemente peor.
 
 
Nachete que poético te veo. Muy buena, si señor.
ResponderEliminarCuando quieras déjame tu blog y le hago unos retoques, vamos, te lo pongo niquelado.
Un abrazo.